La estructura
Eva Paià
La materia prima deviene esencial en la obra de Marina Rubio, quien suscita nuevos escenarios con los que interactuar, así como nuevas relaciones entre
objeto y sujeto. En este caso la artista vincula, mediante la materialidad cerámica, dos objetos que tienen la misma procedencia aunque utilidades diferentes: el ladrillo y la porcelana. A pesar de la función constructiva de uno y la riqueza decorativa a la que se asimila el otro, ambos poseen una misma característica: la fragilidad a la hora de manipularlos. Usando piezas de ladrillo, la artista construye una estructura cerámica similar a la de un castillo de naipes, determinado por el equilibrio y la fricción al no estar fijado La estructura queda sujeta al azar: cuanto más grande es, más posibilidades existen de comprometer su integridad y que, en consecuencia, se gener un posible derrumbe. En un segundo paso se dispondrán aleatoriamente valiosos objetos de porcelana en los huecos de la estructura, con lo que se incrementará su vulnerabilidad.
La acción sucede en el perímetro de Els Encants, un espacio público generalmente transitado y ocupado por múltiples puestos de vent ambulante, lo cual permite que cualquiera pueda acciona mecanismos que dinamiten el resultado. Una vez acabada, el público es invitado a disparar sobre los objetos decorativos, lo que puede dar lugar a diversas situaciones, escenas y modificaciones de la misma estructura, y dar pie a una nueva instalación resultado de la destrucción. En este estadio, proceso, objeto artístico, acción y público interactúan en un mismo plano de relevancia. La tensión gestada por la fragilidad del material, la artista y la disposición de la transeúnte es constante, y mantiene una expectación continua hasta que la pieza se derrumba por completo. Sin embargo, hasta ese momento el resultado es totalmente imprevisible.
Eva Paià
La materia prima deviene esencial en la obra de Marina Rubio, quien suscita nuevos escenarios con los que interactuar, así como nuevas relaciones entre
objeto y sujeto. En este caso la artista vincula, mediante la materialidad cerámica, dos objetos que tienen la misma procedencia aunque utilidades diferentes: el ladrillo y la porcelana. A pesar de la función constructiva de uno y la riqueza decorativa a la que se asimila el otro, ambos poseen una misma característica: la fragilidad a la hora de manipularlos. Usando piezas de ladrillo, la artista construye una estructura cerámica similar a la de un castillo de naipes, determinado por el equilibrio y la fricción al no estar fijado La estructura queda sujeta al azar: cuanto más grande es, más posibilidades existen de comprometer su integridad y que, en consecuencia, se gener un posible derrumbe. En un segundo paso se dispondrán aleatoriamente valiosos objetos de porcelana en los huecos de la estructura, con lo que se incrementará su vulnerabilidad.
La acción sucede en el perímetro de Els Encants, un espacio público generalmente transitado y ocupado por múltiples puestos de vent ambulante, lo cual permite que cualquiera pueda acciona mecanismos que dinamiten el resultado. Una vez acabada, el público es invitado a disparar sobre los objetos decorativos, lo que puede dar lugar a diversas situaciones, escenas y modificaciones de la misma estructura, y dar pie a una nueva instalación resultado de la destrucción. En este estadio, proceso, objeto artístico, acción y público interactúan en un mismo plano de relevancia. La tensión gestada por la fragilidad del material, la artista y la disposición de la transeúnte es constante, y mantiene una expectación continua hasta que la pieza se derrumba por completo. Sin embargo, hasta ese momento el resultado es totalmente imprevisible.
The structure
Eva Paià
The raw material becomes essential in the work of Marina Rubio, creating new scenarios with which to interact, as well as new relationships between object and subject.
In this case the artist links, through ceramic materiality, two objects that have the same origin but different utilities: brick and porcelain. Despite the constructive function
of one and the decorative richness to which the other assimilates, both have the same characteristic: fragility when being manipulated. Using pieces of brick, the artist
builds a ceramic structure similar to that of a house of cards, conditioned by balance and friction as it is not fixed. The structure is subject to chance: the bigger it is, the more possibilities there are to compromise its integrity, generating a possible collapse. In a second step, valuable porcelain objects are randomly placed in the gaps of the structure, increasing their vulnerability. The action takes place on the perimeter of Els Encants, a generally busy public space that is occupied by multiple street vendors, meaning that anyone might trigger the mechanisms that dynamite the result. Once finished, the public is invited to shoot at the decorative objects, creating different situations, scenes and modifications of the structure, leading to a new installation resulting from the destruction.
On this stage, the process, artistic object, action and audience interact on the same level of relevance.
The tension generated by the fragility of the materials, the artist and the disposition of the passer-by is constant, maintaining a continuous expectation until the piece collapses completely. However, until that moment the result is totally unpredictable.
Eva Paià
The raw material becomes essential in the work of Marina Rubio, creating new scenarios with which to interact, as well as new relationships between object and subject.
In this case the artist links, through ceramic materiality, two objects that have the same origin but different utilities: brick and porcelain. Despite the constructive function
of one and the decorative richness to which the other assimilates, both have the same characteristic: fragility when being manipulated. Using pieces of brick, the artist
builds a ceramic structure similar to that of a house of cards, conditioned by balance and friction as it is not fixed. The structure is subject to chance: the bigger it is, the more possibilities there are to compromise its integrity, generating a possible collapse. In a second step, valuable porcelain objects are randomly placed in the gaps of the structure, increasing their vulnerability. The action takes place on the perimeter of Els Encants, a generally busy public space that is occupied by multiple street vendors, meaning that anyone might trigger the mechanisms that dynamite the result. Once finished, the public is invited to shoot at the decorative objects, creating different situations, scenes and modifications of the structure, leading to a new installation resulting from the destruction.
On this stage, the process, artistic object, action and audience interact on the same level of relevance.
The tension generated by the fragility of the materials, the artist and the disposition of the passer-by is constant, maintaining a continuous expectation until the piece collapses completely. However, until that moment the result is totally unpredictable.